Los ataques a los medios tradicionales de comunicación se suelen centrar en la mediocridad, en la parcialidad y en la falsedad de la información, aparte de que éstos distraen a la gente para desviar la atención de sus problemas reales mediante patrañas publicitarias y una “guerra mediática” en la que un lobby quiere mantenernos bajo su yugo político-económico. No obstante, ¿en qué se basan estas afirmaciones tan osadas? En falacias, generalizaciones, mentiras, medias verdades y teorías desechadas, mas no en hechos demostrados. En una ignorancia supina conspiranoica de la que me ocuparé de discurrir, aunque sea sucintamente, en cuanto a lo relacionado a los medios tradicionales: la radio, la televisión, el cine y las publicaciones periódicas escritas. Sigue leyendo
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