Venezuela Bananera en Marcha (IV)

bananerosahorasomostodosPreludio

No hay nada mejor que levantarme en las mañanas y disfrutar el aroma a mastranto de la victoria. ¡Qué delicia ha sido, desde el 6 de diciembre (6-D) del 2015, ver enfurecidos a los testaferros del gobierno por su aplastante derrota en las elecciones, en las que creyeron tener asegurados sus curules en la Asamblea Nacional (AN)! ¡Qué magnífico ha sido escuchar la voz trastabillada de Tibisay Lucena al balbucear los resultados! ¡Qué lindo ha sido observar las manifestaciones de orgullo herido en los representantes del PSUV y de sus seguidores! ¡Qué fantástico ha sido ver cómo a pesar de la sucia campaña electoral se han quedado con las tablas en la cabeza! Y, sobre todo, ¡qué maravilla ha sido contemplar la manera en que por fin se ha revelado, sin más caretas, la faceta dictatorial de Nicolás Maduro!

Guao, guao, guao. Esto sí que es para chuparse los dedos. Ha pasado un mes desde las elecciones a la AN y todavía estoy boquiabierto. En realidad, todos lo estamos, nadie esperaba que al chavismo le iban a dar tremenda pela; nadie se imaginaba que el “voto castigo” funcionaría tan bien. Ni siquiera pensé que acertaría al 100% cuando dije, en junio del año pasado, que “la salida electoral aún no va a sonreírle [a la MUD], salvo que una paliza en las parlamentarias astille el gerrymandering y nos dé una mayoría de diputados en la AN, lo cual podría poner a Maduro en tres y dos”, pues la oposición cuenta con mayoría calificada (¡toma, papá, 112 diputados conseguidos con más del 60% de los votos! ¡Jajajajajajajaja!) y el actual presidente de la república está sudando frío porque ya no halla qué hacer.

Bueno, sí halla qué hacer, sólo que Maduro se guarda las cartas bajo la manga. A Maduro le fascina hacer trampa, le gusta mandar pa’l coño e’ la madre el fair play para hacer lo que le da la gana con el país, con el objetivo de convertir en perdedores a los ganadores y en ganadores a los perdedores. Por tanto, Maduro es como el carajito que cuando le entran las rabietas se pone de malcriado, llora, grita, patalea y arma su berrinche con tal de ser escuchado, de lograr que su voluntad sea la ley a como dé lugar. Asimismo, sus secuaces se han encargado de intentar justificar su derrota con una serie de artimañas argumentativas que, como es costumbre, son falacias bobas, son actos típicos de culpabilización a los demás.

1. Las excusas más tontas

Mientras unos hablan sobre la nueva AN en términos analíticos profundos, yo he optado por tomar una vía más “heterodoxa” para abordar el mismo tema, pero de una manera distinta. Por ende, no he de hacer aquí una exposición larga y técnica sobre qué diantres es el Poder Legislativo, ni cuáles son las atribuciones de los diputados, puesto que eso aparece en cualquier diccionario especializado en derecho y, más aún, en la Constitución de esta singular república. No obstante, lo que sí voy a efectuar es una refutación sencilla, especialmente para los legos en estos asuntos que normalmente son comprendidos por abogados y politólogos, de algunas de las burradas más difundidas por el chavismo cuya finalidad es la de atemorizar al pueblo con engaños. Como las afirmaciones varían de persona en persona, las pondré entre comillas para sintetizar el concepto clave que procederé a contrastar con el peso de los hechos.

  • “Ganó la guerra económica y psicológica”: Maburro y su séquito dejaron esto muy claro, como señaló Venezolana de Televisión (VTV). Es evidente que el presidente reconoció los números del CNE, no el bando que los obtuvo; es como estar en 1998 y decir que Chávez no ganó las elecciones, sino los conspiradores del Kremlin que desestabilizaron la Cuarta República. El único acierto es un acierto a medias, porque acá la gente está cansada de pasar más de dos años en una continua decadencia que no ha hecho más que empeorar. El colapso mental en estas tierras se debe a un colapso financiero que a su vez se debe a un Estado monopolizador y corrupto que no sirve ni como papel higiénico.
  • “La oposición, aunque ganó, no es mayoría”: lo vi en un muro de Facebook. Eso es una zoquetada. Eso es como decir que Brasil no fue derrotada por Alemania en el 2014 por mayoría de goles, sino que esas siete anotaciones en realidad no tuvieron ningún significado y que el golcito solitario de la Canarinha en semifinales no le restó nada a la “magnificencia” de Luiz Felipe Scolari en su lucha por el tercer lugar, aunque Holanda le haya dado una tunda. ¿Se entiende la analogía?
  • “Eso es culpa de [Fulano, Zutano, Mengano]”: según Fidel Carroñero Madroñero, Francisco Arias Cárdenas le tronchó su sueño de diputado. Y es una abzurda konducta. Lo es porque el responsable de la derrota de Madroñero en las elecciones fue ―realidades socioeconómicas aparte― el propio Madroñero. Nadie en su sano juicio votaría por un tipo tan cretino, tan vacío de cerebro, tan conspiraloco y tan grosero como él, quien sale en la tele solamente para decir bobadas con sus amigos neoestalinistas de la izquierda reaccionaria. Sería bueno que Madroñero se buscara un empleo de verdad, al menos para que no luzca como un jalabolas arrastrado de VTV.
  • “Se impuso el fascismo de la ultraderecha”: en este preciso instante hay más de cinco millones y pico de chavistas que están siendo conducidos a la versión reconstruida de Guasina y también a La Rotunda. Según informan periodistas de Russia Today, hay cámaras de gas protegidas con torretas de ametralladora Gatling. Hay fusilamientos en las calles de Caracas, donde cualquiera con boina roja es desnudado y tiroteado. Las mujeres chavistas son violadas y descuartizadas por órdenes de Lilian Tintori. Los niños chavistas son enviados a campamentos de reeducación para enseñarles los valores del franquismo, cuyo Gran Hermano reencarnó en la figura de Leopoldo López. Esta situación es indignante, llamen a Human Rights Watch, por favor.
  • “Hubo debilidad en la fe a la revolución”: amor con hambre no dura, ni aunque el amor sea sincero. En la política venezolana, la lealtad popular no se mantiene por la belleza de las promesas sino mientras alcance el billullo en la alcancía o, como dice el refrán, billete mata galán. En 17 años de “robolución”, el salario ha sido digerido por la enzima de la inflación, además que en la era de Maduro las colas hasta para un par de kilos de harina precocida de maíz se han vuelto más y más infernales. Ya nadie se cala esta vaina. Ya nadie le va a rezar a un Chávez-Dios que no ha traído ni los estrenos del 24 y el 31 de diciembre, sino un tarado que desde el 2013 no ha sabido gobernar.
  • “Ganó la oposición, aunque no veo el cambio”: Jorge Rodríguez dijo algo así en su Twitter, y se ve bien tonto con ese señalamiento, pues no conformes con culpar a los gobiernos del pasado, los chavistas como él ahora culpan a los gobiernos del futuro por obras que no han realizado debido a que aún no tienen el poder legal de hacerlo. Por supuesto, seré el primerito en dedicar una columna entera a denunciar los resbalones de la MUD en la AN, pero de ahí a anticiparme de esa manera a los hechos va un mundo; uno no puede ser tan toche como para cantarle faltas a la oposición antes de haberse juramentado el 5 de enero del 2016.
  • “Los votos no fueron a favor de la MUD”: como sostiene Luis Carlos Díaz, “Maduro perdió unos dos millones de votos chavistas, que se quedaron en casa, pues la MUD apenas conquistó 343.434 electores más respecto al 2010”. Tendríamos entonces que esta afirmación a favor del gobierno tiene algo de fundamento, pero es todavía muy general dado que ignora, como lo dijo Díaz, el hecho de que “la gente ha votado masivamente (o se han quedado en casa) porque han perdido otros espacios de participación ciudadana”; esto se debe a que “faltos de espacio público y de posibilidad de protesta, debido a la censura y la represión, los venezolanos optaron por la estrategia de menor riesgo para su integridad: el voto (o el salón de su casa)”. En fin, la gente no está contenta con este gobierno, pero no es poca; es mucha, muchísima, tanto del oficialismo como de la oposición, y cada uno mostró su rabia a su manera el 6-D.

Hemos observado cómo el gobierno “bolivariano” se las ha ingeniado para inventar pretextos al momento de justificar su derrota en las elecciones parlamentarias del 6-D, en los que el común denominador es la necesidad de un chivo expiatorio y de no asumir su barranco cuando ha metido la pata hasta el fondo. Iba a situar en esta lista la falacia que dice que “si Venezuela es una dictadura, ¿cómo es posible que haya ganado la oposición?”, pero me la reservo para el próximo segmento, pues nada es lo que parece. Esa pregunta en particular merece una respuesta bien argumentada que desmienta el mito en el que se cree ingenuamente que en este país hay un paraíso.

2. Ninguna democracia

De verdad que no la hay. A ver si nos dejamos de eufemismos y palabrería esquiva: Venezuela es una dic-ta-du-ra. Que no se parezca a los regímenes de Mao y Stalin no prueba lo contrario, sino que lo confirma, pues este país demuestra cómo evolucionan los gobiernos envenenados por el poder, como lo han hecho las tiranías desde la Antigua Grecia. Venezuela es, por tanto, un caso interesante sobre cómo se disfrazan las distopías castrocomunistas con los ropajes de las utopías socialistas. El truco es simple pero efectivo: el de las elecciones. Si el pueblo criollo va a las urnas, será porque tiene un país sin opresión, ¿o no?

Pues no, absolutamente no; si en Venezuela se inhalara y exhalara el oxígeno de la libertad debido a sus comicios electorales, también lo harían Irán y Arabia Saudita. El origen de este error está, pues, en la concepción idealizada del Estado moderno en el que se enfatiza lo idóneo de las elecciones universales, directas y secretas, mientras se olvida que el sistema electoral sólo nos dice que la gente vota; no nos dice cuán libre es un país, ni si sus habitantes son felices, o si éstos viven bien o mal. La democracia es, por ende, mucho más que una papeleta metida en una caja: es un conjunto de elementos sociales, políticos, económicos y sobre todo jurídicos que expresan si el poebloh es efectivamente representado y respetado tanto por sus autoridades como por sus instituciones.

A fin de ver si Venezuela es o no es un país democrático, no hay que irnos a los informes del CNE. Hay que ir a los indicadores estadísticos, a los reportes de ONGs sobre derechos humanos, a la arquitectura legislativa de este país y principalmente al comportamiento que tiene el gobierno con los ciudadanos y con quienes lo adversan en palabra, obra y pensamiento. Para no hacer mi charla pesada, me centraré con brevedad en los dos últimos aspectos pertinentes a las elecciones del 6-D: las transgresiones legales en favor de la AN saliente y la cacería de brujas a causa de la derrota del chavismo.

El señor Diosmalo Diosdado Cabello, por ejemplo, creó un “Parlamento Comunal Nacional” (PCN), es decir, un parlamento paralelo a la nueva AN que se rige según lo decretado en la Ley Orgánica de las Comunas (LOC) con el objeto de reforzar la centralización del poder gubernamental al dejarlo reposar en las comunas, las cuales siempre responden a los intereses dedocráticos del partido del chavismo y, como se ha especificado en un artículo publicado en la web puzkas.com, conforman un organigrama administrativo cortado con la tijera soviética. Además, Cabello movió sus hilos para que se nombraran doce magistrados más al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) antes de la juramentación de la AN con mayoría opositora, con el fin de impedir que tengan efecto sus leyes discutidas en el hemiciclo.

Las medidas de la AN saliente son desesperadas, pero son más que eso; son ilegales. La LOC tendría validez de no ser porque la noción del “Estado comunal” fue rechazada electoralmente en el referéndum del 2007 (el que fue calificado por Chávez como una “victoria de mierda”, pues ganó la opción del “No”, la de la oposición); por su parte, el nombramiento de esa docena de magistrados del TSJ es un “un fraude constitucional”, como señala José Ignacio Hernández G. en Prodavinci, el cual también se pasa por el forro la Ley Orgánica del TSJ (Art. 38). Por tanto, la nueva AN puede, tranquilamente y dentro de los canales regulares, neutralizar al PCN, a la LOC y a los magistrados fantasma del TSJ porque son ficciones legales.

Maduro no puede quejarse. Maduro no puede vetar las decisiones de la nueva AN, menos aún con un ñame opositor de ⅔ metido dentro de su rectorado. De hecho, Maduro tampoco puede negarse a acatar la legislación de la AN, por lo que si a él se le ocurre la nefasta idea de no promulgar (en el período reglamentario) la Ley de Amnistía que vendrá en camino, el presidente o el vicepresidente MUDista de la AN lo hará en su lugar. ¿Qué significa esto? Que si la AN aprueba dicha ley, Leopoldo López ―entre otros presos, exiliados y perseguidos políticos― saldría de prisión por decreto y Maduro tendría que cumplir con su obligación de concederle el indulto. Todo esto está en el marco de la Constitución venezolana (Arts. 187, 216 y 236).

Sin embargo, no es una novedad que la élite boliburguesa esté habituada a la trácala. En público, en plena madrugada del 7 de diciembre del 2015, Maduro dijo haber aceptado los resultados, pero se ha visto que sus acciones los han desconocido por completo; incluso ha insistido en que desobedecerá las políticas de la nueva AN. Por consiguiente, Maduro hará lo posible para gobernar a espaldas de la AN y para perpetuar su noria de avisos apocalípticos post-revolucionarios por el hecho de haber sido vencido. Como informa TalCual, Maduro cree que los programas sociales y los multimillonarios obsequios a la población (tablets, taxis, viviendas, etc.) estarán “en veremos” porque supuestamente la AN no le dará los recursos financieros que éstos necesitan. “Te pedí el apoyo y no me lo diste”, fue su frase ad baculum.

Vamos, Maduro, ¿y qué querías? ¿Que te apoyaran con esa compra de votos sin pensar en el mañana? ¿Cómo equipará la gente sus casas a precio de regalo si el costo de una nevera está por los cielos? ¿Cómo se puede tener un taxi si el crimen acecha y los repuestos automotrices son incomprables por la altísima inflación superior a la centena? ¿Cómo se puede tener una tablet si no puedes llevarla fuera de tu hogar, a la universidad, sin riesgo de ser robado? Imbécil. Como se ve en aquella noticia, el primero que cumplirá con sus amenazas si ganaba la oposición no será “la derecha” apátrida, fascista, imperialista, manicurista, autopista y bellavista, sino Maduro, cuya mentalidad es la de un déspota padre de familia. Por mí que le revoquen la presidencia y que renuncien sin excepción todos los ministros.

Al elenco de personajes infames que deben abandonar sus puestos debemos añadir los del CNE, empezando por Tibisay Lucena. Su incompetencia nos ha hecho sufrir esperando los resultados, su abierta militancia partidista con el PSUV ha viciado la imagen neutral que se tenía de este organismo electoral y su alcahuetería no ha hecho más que permitir la impunidad en las violaciones perpetradas por la tolda roja y sus aliados en plena campaña del 6-D, como la concha de mango del tarjetón en el que MIN-Unidad estaba ubicado junto a la MUD. En suma, Lucena ha sido incapaz de admitir que las victorias del chavismo han sido gracias al ventajismo en las elecciones; en las parlamentarias, el oficialismo ha tenido la delantera no por la popularidad de Maduro, sino por gerrymandering. Es decir, por esto:

gerrymandering

El gerrymandering, empero, es vulnerable en los distritos donde se ha diseñado la victoria. Si por circunstancias determinadas un porcentaje considerable de la población cambia de parecer, los votos en esos distritos voltean la cachapa porque se inclinan por el partido opositor, la abstención o el voto nulo. En cualquier situación, el bando dominante de esas regiones aumenta sus posibilidades de perder, y eso fue lo que pasó el 6-D. Ahora bien, ¿qué ocasionó este giro en la mentalidad ciudadana como para modificar sus intenciones electorales de manera tan drástica? La crisis económica de Venezuela y la ineptitud del gobierno para afrontarla han sido factores sumamente relevantes, pero éstos son fenómenos externos que no se comprenderían a cabalidad si no vemos los internos, en el seno oficialista.

Voy con el que creo que ha sido el más preocupante de ellos: la propaganda. La propaganda del chavismo decía que a la AN iba “como sea”, con un ritmo tropical de tambor ―¿barloventeño, quizás?― con sonido de trompetas. Al escucharla atentamente, se puede notar que la música toma prestados los sonsonetes del ejército venezolano cuando está en sus desfiles durante las fechas patrias. Está claro que hay una militarización del folclor y que ésta, lejos de darnos sosiego, nos hace sentir como si nuestra propia idiosincracia nos vigilara con una Kalashnikov en el pecho. Para los puristas culturales, esto es claramente una tergiversación, que no una falta de respeto, a las tradiciones, las cuales no deben politizarse.

La militarización musical del folclor criollo suma y sigue en más anuncios partidistas donde un chavista somnoliento despierta de una “pesadilla” capitalista con una AN opositora, en la que ésta le hace quedarse sin su cacao: su casa, su minilaptop escolar Canaima, su pensión, su empleo, su sistema público de salud. De modo implícito nos dice el gobierno que si votamos por la MUD, viviremos en la eterna pelazón por causa de la privatización de hasta el agua que nos bebemos. Con certeza, esto es una intimidación, y lo que confirma esto es otra propaganda que, con un ritmo salsero, ha generado mucho escándalo porque los protagonistas son los motorizados. Pero no son motorizados comunes y corrientes; son motorizados con ese asqueroso acento a malandro de barrio caraqueño que da miedo no más oírlo.

Y el oficialismo todavía pregunta por qué perdió las parlamentarias, por qué más de uno llama dictadura a su querido gobierno y por qué la oposición ganó terreno. Con entera sinceridad, digo que esto no es difícil de entender. No puedo llamar democracia a un país cuyas empresas del Estado han hostigado a sus trabajadores por la derrota del 6-D. No puedo hacerlo sabiendo que sus medios de comunicación se prestan para atemorizar a los ciudadanos con propagandas de estilo castrense y hamponil. Tampoco puedo considerar “soberana” a esta tierra porque los venezolanos no tenemos libertades económicas (acá se compra cuando/lo que toca, no cuando/lo que se quiere).

Ni siquiera puedo sostener que hay libertad de expresión habiendo visto con mis propios ojos que el 7 de diciembre del 2015 los resultados electorales completos iban a ser transmitidos por las televisoras nacionales (i.e., Venevisión, Televen, etc.) cuando fueron interrumpidos por el Noticiero de la Patria. Ese repugnante Noticiero, que está rendido a los pies del partido gubernamental, no hizo nada por proporcionar la información que debió haber dado el CNE desde un principio, sino que puso la reposición de la cadena presidencial de Maduro para entorpecer la difusión de los boletines y forzar a los pocos canales privados que quedan a efectuar esta labor periodística con prisa, a la carrera.

Así que democracia mis pelotas. Por algo me alegra muchísimo que el chavismo haya sido derrotado el 6-D; porque debe saber que el topocho verde también mancha, porque debe dejar la puñetera soberbia revolucionaria y porque debe aprender de una vez que la gente no es cara e’ bolsa. Sus estrategias para permanecer en el poder conducirán a Maduro directo al barranco y cualquier intento por desconocer a la nueva AN ―sí, incluso impugnar resultados tan contundentes que no se pueden refutar― redundará en perjuicio no sólo del oficialismo, sino de la república como tal. No obstante, los diputados de la MUD tendrán que estar a la altura de los contratiempos impuestos por el PSUV para contrarrestarlos con sobrada sapiencia.

3. Un largo trabajo por hacer

En el hemiciclo, la nueva AN no la tendrá fácil, pero su misión no será imposible. Los diputados asumirán sus roles que por derecho les corresponden, puesto que han sido asignados por proceso electoral. Llueve, truene o relampaguee, la AN, a partir del 2016, tendrá un lustro para hacer que el Poder Legislativo se enderece, o que por lo menos no crezca tan torcido. El primer paso que debe hacerse es poner al PSUV en su sitio y enseñarle a legislar como es debido: con debate, con diálogo. Eso es justo lo que al chavismo le da piquiña porque cree que la AN es el patio de recreo que le donó Chávez, como si fuera una herencia hegemónica.

Pero antes la oposición tiene que poner claras sus reglas. Eso es lo que se ha hecho por todo diciembre desde que la MUD ganó; especificar que no puede haber política de revanchismo sino de conciliación entre dos partes que se hablan pero no se escuchan. A lo mejor estas palabras se las llevará el viento, aunque éstas son más tranquilizadoras que la agresividad verbal de Diosdado Cabello, cuyas arbitrariedades han deslucido a su AN chavista hasta el punto de lograr que ésta sea un mero títere de Maduro, es decir, el ventrílocuo del Chávez ornitomorfo fallecido.

Afortunadamente, hay quienes en este contrapunteo le devuelven los versos a Cabello, aunque infortunadamente no son las personas más excelsas. Observemos el más odiado de ellos: el dinosaurio adeco Henry Ramos Allup (HRA). HRA, luego del 6-D, ha concedido entrevistas a los medios, y la verdad que ésta ha sido su semana, no porque haya obtenido el beneplácito popular (salvo en el circuito donde fue candidato) sino porque en buena hora uno puede coincidir en algo con él. A menudo, cuando él abre la boquita, me provoca decirle “¡shhhht, cierra el pico que la vas a cagar!”, pero lo vi en Globovisión y quedé estupefacto porque dio una clase magistral de derecho y de política. De forma sintética, HRA expresó que no le pagarán con la misma moneda al PSUV y que no se aprobará ley alguna que no haya sido discutida para el beneficio de todos. En suma, HRA señaló los tropiezos irreparables del gobierno previos a las parlamentarias, la garantía de los derechos civiles e incluso repudió la retórica homofóbica.

Por supuesto, del dicho al hecho hay mucho trecho. Con el tiempo veremos los auténticos alcances de las promesas de la MUD. No obstante, no hay que desestimar tan pronto los cambios que se avecinan. Ninguno de ellos caerá del cielo, sino que deberá sortear el obstáculo más grande que es el inevitable enfrentamiento con Maduro, al que deberá tratar como el toro bravío que es. Las propuestas legislativas ―que no examinaré aquí porque merecen una reflexión aparte― transformarían con lentitud la Venezuela maltrecha por la “revolución” bolivariana y pavimentaría la carretera a la transición democrática que cuantiosos chavistas no quieren porque según ellos el “legado” de Chávez jamás debe entregarse.

Habrá por ende mucha resistencia. Maduro dijo que el 2016 será un año de “rebelión”. Y con gran razón, porque la nueva AN interpelará a numerosos funcionarios para que rindan cuentas, aprobará leyes que al gobierno no le va a gustar (¿ya les conté de la Ley de Amnistía?), desechará otras que a éste le encantaba (que por cierto fueron con frecuencia promulgadas en concordancia con los designios de Chávez al fallar su referéndum del 2007, como la LOC) y modificará un bojote más de éstas que nos han sido perjudiciales, como la Ley Resorte. En resumen, la oposición en la AN no va a tener reposo porque estará muy ocupada con las reformas legales.

La oposición también podría hacer lo que no ha hecho el chavismo en años: asegurar el derecho a la propiedad y abrirle las puertas a la igualdad de la población LGBT. De concretarse ambas cosas por vías legislativas, los que hayan recibido casas del gobierno no serían simples “beneficiarios” ni “adjudicados” sino propietarios y los LGBT tendrían plenos derechos, matrimonio y adopción homoparental incluídos (Tamara Adrián, quien es la primera diputada transgénero de Venezuela, es la principal promotora de este loable activismo. Y no es del PSUV, es de Voluntad Popular).

A ver qué se cuece con la AN coloreada de azul que se estrena en enero del 2016. Las expectativas son tantas como el escepticismo que aún persiste en los votantes que la eligieron, quienes aún están esperanzados en un mejor porvenir donde impere la pluralidad y no el monólogo partidista. De no administrarse bien esta victoria, el chavismo se fortalecería a niveles dañinos, pero si se consigue hacer con efectividad su obra en el Poder Legislativo se aumentarían con creces los puntos a su favor cuando debamos mancharnos el meñique en una próxima oportunidad.

4. Otras elecciones en el camino

Los comicios del 2016 podrían repetir las tensiones habidas en el 2015. Por una parte, tendremos las pugnas parlamentarias con el gobierno, una suerte de “lucha de las investiduras” situada en el siglo XXI. Por otra parte, tendremos un agravamiento del declive económico del país que no podrá ser resuelto de una por la nueva AN porque para destinar recursos a los programas sociales necesitará un balance objetivo del dinero disponible en el erario nacional (de allí que las interpelaciones a los ministros, a los capos del BCV et cetera es de una urgencia capital). Además, tendremos que la contienda venidera no será por curules. Será por gobernaciones.

Cuidado si no un referéndum revocatorio.

Mientras Venezuela se refresca con la nueva AN y experimenta una agudización de su crisis política, el CNE retornará a sus preparativos para las elecciones regionales. El chavismo estará en desventaja legislativa y la oposición retomará una delantera que no puede desperdiciar si sabe lo que le conviene. La MUD, por tanto, no debe dormirse en los laureles y es por eso que debe estar consciente de lo importante que es mantenerse más unida que nunca, pese a sus diferencias ideológicas, que han de ser minimales. Debe concentrarse en el contraataque legal al gobierno (que debe irse por inútil) y tirar al Orinoco los trancazos internos entre sus miembros, como el acaecido entre Henrique Capriles Radonski y el padre de Leopoldo López.

Asimismo, la oposición debe aguantar la bosta de ganado vacuno que le arrojará la izmierda izquierda reaccionaria en el extranjero. La criticonería de esta “gente” es, ha sido y será descomunal. Por lo que he visto, más de un chavista foráneo está ardido porque se le acabará el pan de piquito, es decir, porque le quitarán la ubre revolucionaria de la que estaba mamando su leche. Ese es el becerro bolchevique que desde las cómodas latitudes de los países desarrollados le da soporte a los desnalgues de naciones subdesarrolladas como Venezuela sin tener la menor idea de lo que dicen.

5. Monedero, Monedero, entero me gusta más

Entre los aduladores extranjeros más insoportables del gobierno chavista están los que conforman el partido español Podemos, como Íñigo Errejón y Pablo Iglesias, alias “El Coletas”. Ahí también estuvo uno que causó sensación: Juan Carlos Monedero, a quien cariñosamente llamaré Juanca y le daré el apellido Gado, es decir, que de aquí al resto de este segmento él pasará a ser Juanca Gado. Se lo tiene bien merecido por su jalabolismo nivel Dios. [Nota personal: en el momento que escribo este párrafo estuve montando mi carpa de beduino para resistir la tormenta de arena que se avecina. Metí a los camellos por si acaso.]

Juanca Gado es una platónica imitación de asesor político que por años ha estado junto al oficialismo, haciéndole la segunda con sus finanzas, o al menos hacía el intento. Se ha querido defender a Juanca de muchas maneras y más aún, se ha tratado de desvincularlo del chavismo o de hablar sobre él como un hombre crítico al respecto, aunque saben que eso no es así. El argumento que se suele usar se basa en una noticia del periódico hispano ABC en la que Juanca es acusado de ser un Judas, un Pilatos al proceso “bolivariano”, según el “analista” Orlando Romero, de la emisora Radio Nacional de Venezuela (RNV). Tuve razones para dudar de ese dato, pero algo me detuvo. Ese “algo” fue, contrario a mis suspicacias, que eso resultó ser cierto.

Aunque el marranazo de Romero contra Podemos en la RNV no data del 2015, como señala tardíamente ABC de España, sino de junio del 2014. Eso sí, las palabras de Romero son exactas y no han sido sacadas de contexto (ver el video de abajo desde el minuto 4:20). No obstante, le corregiría a él un detalle: no consideraría al “Coletas” y a Juanca como a un Judas ni como a un Pilatos, sino que los compararía con el apóstol Pedro que tras el arresto de Cristo dijo no haber conocido al Nazareno. Por lo demás, lo que dice Romero nos confirma de manera indirecta que sí hubo un chanchullo entre el PSUV y Podemos.

De hecho, en septiembre del 2014 Romero entrevistó en la RNV a Willy Toledo, un comunista español sin remedio que apoya al régimen castrista (en el video, para que no se calen la sarta de mamertadas, adelanten al minuto 19:55). Por el modo en que habla tan mal de Podemos, imagino que Toledo debe ser uno de sus enemigos jurados, pues lo acusa de ser un partido de cobardes por el hecho de no defender con vehemencia a los socialistas venezolanos del siglo XXI.

Claro, hay un problema con las aseveraciones de Toledo, y es que Podemos sí ha hecho esa defensa del izquierdismo criollo. Casi todos los podemitas que he visto lo han bendecido. Concretamente, cuando uno visita la página de Juanca en Aporrea (sitio de Internet que por cierto es chavista hasta los tuétanos), lo menos que se observa es alguna crítica al gobierno “bolivariano”, mas bien es al revés. Hay sesenta artículos suyos ahí escritos desde el 2004 hasta el 2015. Miren algunos de los títulos: Venezuela: revocadores revocados, La victoria escondida del Presidente Chávez, Chávez llegó a la revolución para quedarse, Chávez: un legado de dignidad para un continente, Capriles, el PP y el fascismo de siempre y A vueltas con el golpismo en Venezuela. Su post Venezuela y Leopoldo López: Nunca obedecieron leyes los golpistas equipara las guarimbas con el terrorismo de ETA.

En suma, Juanca dijo en su web personal Comiendo Tierra, por allá en diciembre del 2012 (él lo republicó en VTV un día después), en relación a la agonía de Chávez debida a su cáncer en estado terminal:

Querer a Chávez nos hace tan humanos, tan fuertes. Chávez en la señora que limpia, Chávez en el señor que vende periódicos a la entrada del metro, Chávez de la empleada de la tienda, Chávez del vendedor de helados, Chávez de la abuela que ahora ve y de la que ahora tiene vivienda, Chávez de la esquina caliente de Caracas y de la lonja de pescadores de Choroní, Chávez de la poesía rescatada, de los negros rescatados, de los indios rescatados, Chávez de lo que hoy es posible en América y que hace veinte años era imposible. […] Fuerza Hugo. Aguanta. Aguanta para ayudarnos a quitarnos este miedo de la soledad de cien años. Aguanta Presidente. Aguanta.

Para más inri, las declaraciones de Juanca el día 7 de diciembre del 2015 lo delataron aún más; una de ellas fue la interrogante sobre cómo podía ser Venezuela una dictadura si había ganado el bando opuesto, que cité textualmente arriba. También dijo que deberíamos disculparnos aquellos que hemos cuestionado el sistema electoral (¿eh?), que la oposición jamás de los jamases ha reconocido los resultados a favor de Chávez desde 1998 (¿WTF?) y, finalmente, que Maduro tuvo una conducta ejemplar porque reconoció su derrota (ay, por favor, ya vimos en líneas precedentes que eso fue de dientes para afuera, que no una vulgar mentira).

Referirnos a las críticas de Juanca al chavismo es, por tanto, algo que suscita más duda que certeza. Sinceramente, yo nunca he creído en los intelectuales oficialistas. Para mí no existen, o si existen son sofistas, puesto que los partidarios de ese fraude que es la economía marxista son muy compinches entre sí como para estar señalándose sus faltas a la razón; es decir, que entre marxistas no se pisan la manguera. Los mamertos, cuando hacen uso del aparato crítico, lo hacen cuando se sienten amenazados, en peligro, en lo que la brisa ralentiza a su velero, porque cuando el viento sopla a su favor agarran su bozal de arepa ―el realero que le paga el gobierno por escribir, publicar y decir sus pendejadas en los medios de comunicación sin derecho a réplica― y se lo ponen en el hocico sin chistar.

Tampoco creo, por ende, nadita a lo que dijo Miguel Ángel Pérez Pirela en su engañoso “decálogo” de aspectos mejorables del gobierno para levantarse de su derrota el 6-D. El 2015 tuvo 365 días y sólo uno de ellos fue utilizado por él para decir que el chavismo tuvo errores garrafales; los demás los empleó para humillar, insultar, discriminar y difundir información falsa sobre cualquiera que él considerara como un opositor. Esto también cabe decir de Luis Britto García, un farsante a tiempo completo cuyos consejos al oficialismo han sido criticados por su fanatismo, su hipocresía, su desprecio por el cumplimiento de las leyes y su emponzoñamiento con un sistema gubernamental que sólo tendría lugar mediante la implantación de un Estado totalitario.

Así, la autocrítica oficialista es un cuento vaquero para fingir pragmatismo y renovación interna en el partido. Si Juanca ―o Pérez Pirela, o Britto García― de verdad ha señalado los tropiezos del chavismo (que no lo he visto haciéndolo, mas bien él habló en dirección opuesta), su voz se ha hecho una prédica en el mercado, un eco en el desierto que nadie oye salvo él mismo. Es una especie de Pepe Grillo al que nadie le para bolas porque él no se entera que está siendo usado como el tonto útil de la revolución, la cual al ser la venezolana tiene la peculiaridad de ser muy indigenista, con un rencor guardado a lo que sea hispánico, por lo que el PSUV no admitiría en sus filas a simpatizantes españoles sino por conveniencia, sólo para decirle al mundo entero que fuera de Venezuela hay gurús de izquierda que avalan este “proceso”.

En otras palabras, Juanca Gado es el pájaro bobo que está calentando el nido. Del 2005 al 2010 tuvo cinco años para advertir a los venezolanos sobre la estafa del clientelismo boliburgués que él atestiguó mientras estuvo en Miraflores, pero no lo hizo. Supongo que esto se debió a que él estaba más interesado en hacer que Chávez ganara las elecciones y en cobrar sus honorarios que en evitar el aterrizaje forzoso del avión del Estado. Juanca es, de este modo, todo un señor de la honestidad intelectual, política y filosófica que no ha sacrificado un palmo de su pellejo o el de sus superiores con tal de hacer su “revolución”, o lo que eso signifique para él.

Muy bienintencionado el carajo ese, pues.

Coda

Ha sido muy aciago el año 2015. Pésimo, diría yo, porque las vacas han estado flaquísimas, más delgadas que las concursantes de Miss Venezuela. A ver si en el 2016 nos vamos acomodando. Ojalá que la nueva AN tenga juicio y que las sesiones parlamentarias tengan la sindéresis que no ha habido en casi dos décadas de convulsiones entre chavistas y opositores. Lo relevante, sobre todo, es que debe haber sentido de justicia, de equidad, y que los diputados se comporten como las personas adultas que son, porque están lo bastante grandecitos como para pelearse en un duelo de Street Fighter. En la AN valen las palabras sabias y las leyes sobrias, no el hadouken. Lo digo porque he visto las golpizas que se han dado en la AN, con sangre, moretones y narices rotas (María Corina, ¿eres tú?).

Espero también que la cobertura mediática a la AN se diversifique como siempre debió haber sido, puesto que hasta la presente fecha sólo los medios del Estado-PSUV, mas no los medios privados, podían transmitir las sesiones del parlamento (¿quién tiene el monopolio informativo, eh? ¿Quién?). Adicionalmente, confío que habrá un soplo de aire fresco en el Poder Legislativo, aunque mantendré mi distancia con la MUD porque hay aspectos de ella que no me cuadran. Sin embargo, eso no quita que prepare mis cotufas para gozar del espectáculo, puesto que habrán muchas caras gruñonas de bulldog en el chavismo. Quizás con eso poseeríamos una AN en la que nos reiremos un poco, porque la gestión parlamentaria seria es algo que aún no tenemos.

Pero tenemos patria, dirá el putrefacto cadáver de Chávez que se revuelca en su tumba.

10 comentarios en “Venezuela Bananera en Marcha (IV)

  1. «sobre todo al video de El Espectador el cual no es un sitio de noticias, se puede decir, serio)» Hay un error de redacción aquí. Es que puse por error la palabra «no». Además yo decía pseudodemocracia porque parece que solo se podía elegir entre AD y COPEI (corrigeme si me equivoco)

    • Ok, descuida, no hay problema con la errata. La pseudodemocracia parece aplicarse en países autoritarios que no tienen una dictadura, pero que tampoco se gobiernan del todo como una democracia. Pero eso no tiene mucho que ver con que haya bipartidismo. En Venezuela las elecciones fueron ganadas más por AD y COPEI porque eran las organizaciones políticas con más apoyo popular y por ende con más votantes.

      Recuerdo bien que vi hasta archivos fotográficos de tarjetones electorales en donde aparecen montones de partidos venezolanos en elecciones que van desde 1998 hasta muchos años atrás, la vasta mayoría socialdemócratas (COPEI entre ellos) o de izquierda «suave» (AD entre ellos). Otros eran de una izquierda más «dura» porque sus miembros fueron guerrilleros desmovilizados o golpistas frustrados, como Bandera Roja y el disuelto Movimiento Quinta República (MVR), que hoy es el PSUV.

      • ¿acaso no era un pacto donde los partidos «hegemónicos» se repartían el poder (como lo fue el frente nacional aquí en Colombia con los partidos liberal y conservador)?

        Otra cosa ¿que tan cierto es eso que antes de la llegada del chavismo (por ahí en los 80, no se) hubo también una seria inflación?

      • Es que eso primero que mencionas es un error, al menos en parte. Al inicio de ese Pacto, los partidos que participaron en él no eran «hegemónicos» en el sentido estricto de la palabra porque no duraron mucho en el poder, al menos no antes de Marcos Pérez Jiménez. Después de haber sido derrocado ese dictador, el Pacto lo que hace es que los poderes públicos tengan representantes de los partidos firmantes, por ejemplo que el senado esté encabezado por un partido y la cámara de diputados por el otro (en aquel entonces el Congreso de la República era bicameral).

        A partir de ahí se hacía un gobierno de coalición, aunque eso no quiere decir que la presidencia estuviera exenta de partidización y de roces políticos. No era necesariamente lo máximo pero era mejor que una dictadura que suprimía partidos y que era proclive al culto de la personalidad.

        Lo segundo es cierto. Checa esta cronología presidencial de Venezuela (ahí verás por cierto que las genuinas hegemonías políticas te las consigues en el siglo XIX, sobre todo por el Partido Conservador). Las cosas empiezan a ir realmente mal desde la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez (1974-1979). Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi pusieron la guinda al pastel; Campins de hecho se volvió infame por su «Viernes Negro». En la década de los 90′ se intentó parapetear soluciones a estos problemas inflacionarios (unas cifras dicen que llegaba al 30%; ¡y dicen los chavistas que ahora vivimos mejor con una inflación de tres dígitos!), pero por lo visto fue peor el remedio que la enfermedad.

  2. Hola Ylmer.

    Quisiera también para complementar el articulo decirte que si bien Chavez, Diosdado y sobre todo Maduro han cagado de lo lindo al país, sin embargo, la crisis de Venezuela viene de tiempo atrás (mas o menos desde la «bonanza petrolera») http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/crisis-venezuela-comenzo-antes-del-chavismo-video-653482 http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160219_venezuela_bonanza_petroleo_crisis_economica_ab
    Tampoco pretendo justificar o exculpar al chavismo, solo que se entiendan los orígenes y trasfondo de la crisis. Además (pienso yo) que uno de las circunstancias que originó el chavismo fue el largo periodo de pseudodemocracia (aunque destacaría el gobierno de Betancourt y diría que este fue el mejor presidente que ha tenido Venezuela, no se si estemos de acuerdo en eso) que originó el pacto de punto fijo (como el frente nacional aquí en Colombia, aunque aquí duró mucho menos), que por desgracia sólo se rompió cuando Chavez llegó al poder. Aunque eso si no conozco así muy a fondo la historia de Venezuela.

    A proposito ¿que piensas de la Trifulca entre Diosdado Cabello y Vargas Lleras?

    Y aquí una canción dedicada a ustedes nuestros hermanos «Venequitos» y como gesto de solidaridad, no se si la conozcas https://youtu.be/cVCtU9s7r-Y?list=PL37D8DB3D3691D475

    Saludos

    • Hola David, gracias por comentar. Veamos cómo abordar tu comentario porque trae temas candentes que siempre se discuten entre chavistas y opositores.

      Primero, las burradas que cometa la Quinta República deben asumirlas como errores de la Quinta, no como errores de la Cuarta contagiadas a la Quinta. Hay que asumir su barranco, reconocer que todo se fue al cuerno y actuar en consecuencia. Así que el chavismo puede decir lo que le dé la gana, pero debe entender de una puñetera vez que no puede seguir culpando al pasado de nada, porque esa es una actitud fascistoide en la que en vez de recapacitar sobre sus tropiezos se busca un enemigo externo al qué señalar.

      Eso de por sí demuestra una inmadurez política brutal. Aunque los cuarenta años de la Cuarta hayan pavimentado el camino a los desmadres de la Quinta, ¿qué? ¡Los líderes de la Cuarta ya se murieron, dejaron el poder! Si hubiera algo que pudieran hacer, haberlo reclamado en su debido momento, no escurrir el bulto y decir que todo eso que pasa hoy es consecuencia de lo que hizo alguien más en un momento de la historia que ya no existe.

      Me explico: por más ineficiente y corrupto que haya sido la presidencia de Carlos Andrés Pérez, los fallos de Rafael Caldera son de Rafael Caldera y de nadie más. En ese momento de los años 90, el presidente legítimo era Caldera y sólo él tenía la responsabilidad política y jurídica de la nación en sus cuatro años de mandato, bajo juramento ante la Constitución. Si él hacía algo mal, el plato roto lo tenía que pagar él. No tiene excusas ni argumentos para decir que eso fue a causa de Carlos Andrés Pérez.

      Y lo mismo con Chávez y sus seguidores. ¿Que hubo malversación de fondos en la Cuarta? Sin duda. Pero el deber de Chávez en ese entonces fue el de reparar los daños ocasionados en las cuatro décadas pasadas… pero hizo lo contrario, los agravó. Todos los decretos y medidas políticas implementadas por él y por Nicolás Maduro abarcan un período que va de 1998 hasta el reciente 2017. Cada tontería del régimen chavista abarca ese lapso de tiempo. Cada equivocación por tanto es de su plena autoría. No puede decir que lo que hizo se lo debe a lo ocurrido en los años 60′, 70′, 80′ y 90′.

      Segundo, y en consonancia con lo primero, no existen en mi opinión pseudodemocracias. O es democracia, o no lo es, aunque esto para muchos les parezca una afirmación falaz, pero comprendan que nadie habla de «pseudodictaduras» ni «pseudototalitarismos».

      Por tanto, he de atreverme a decir que en la Cuarta República sí hubo democracia plena y no una pseudodemocracia, aunque los rojitos no quieran reconocerlo. Esto es por tres razones básicas que le explico brevemente, que se relacionan con la historia de Venezuela:

      1.-Antes del Puntofijismo, iniciado con la presidencia de Betancourt (fue el mejor de ese período por cierto, en eso coincidimos), el país no conoció más que dictaduras militares, caudillismos, guerras civiles, golpes de Estado, regímenes totalitarios y elecciones descaradamente amañadas (o inexistentes). Ya eso dice todo del nivel de inestabilidad y atraso político que tenía Venezuela antes de la Cuarta.

      2.-En base a lo anterior, la Cuarta implantó la separación de los poderes públicos (que fueron suprimidos muchas veces en dictaduras como la del «Benemérito» Gómez), la apertura de los partidos políticos (salvo el Partido Comunista y movimientos asociados, que en ese entonces buscaba una revolución violenta al estilo bolchevique mediante la guerra de guerrillas y los golpes de Estado, razón por la que fue ilegalizado) y el auge del voto femenino (el feminismo sufraguista fue duramente silenciado en años anteriores).

      3.-Considerando los dos numerales previos, la Cuarta por fin estableció una división definitiva entre el Estado y el Ejército; el presidente a su oficina y el general a su cuartel. No podían haber militares gobernando porque eso daba pie a dictaduras como las de Pérez Jiménez o a luchas entre caudillos como las habidas en el siglo XIX. Tampoco se permitió el voto de los militares a fin de evitar que la camarilla castrense le dé ventaja electoral a cualquiera de sus compadres que ose postularse a cualquier cargo en el poder ejecutivo.

      En síntesis: la Cuarta, con todos sus defectos y cosas mejorables, modernizó el país y demostró que Venezuela no era un país de lunáticas facciones que se mataban entre ellas, sino uno en que había diálogo, entendimiento entre posiciones opuestas. La Cuarta concretó aspiraciones que se habían planteado desde 1811 y que se hicieron realidad en 1961.

      Tercero, el encontronazo entre Diosdado y el político colombiano parece un pleito de borrachos. Pero el que sale perdiendo es Diosdado por su conducta de bravucón, que en vez de replicar el reclamo de Vargas Lleras por los canales regulares, serios y sin aspavientos (un simple comunicado oficial de prensa, pues, sin el lenguaje grosero ni chabacano que caracteriza a fanáticos comunistas como Cabello) se puso a decir toda una sarta de estupideces en un acto público lleno de seguidores que lo aplaudían como focas.

      Cuarto, muchas gracias por la canción. No la había escuchado antes. Se me cayó la cédula al oírla. Pensaré en insertarla en algún próximo post de esta misma sección.

      Saludos, espero haberle despejado sus dudas.

      • ¿le paraste bolas a los enlaces (sobre todo al video de El Espectador el cual no es un sitio de noticias, se puede decir, serio)? lo que se pretendía era que se viera que la crisis tiene ANTECEDENTE y TRASFONDO de tiempo atras, como ya lo había dicho, NO pretendo justificar para nada a Chavez o a Maduro. Además el mismo video de El espectador lo dice, el chavismo la cagó, si, pero la crisis tiene su antecedente en el cortoplacismo durante por la «bonanza petrolera», lo que hizo el chavismo fue acentuar el problema más, y si viste con atención el video, no se mete tanto en el asunto politico, indaga más en las cuestiones económicas.

        Eso si sería bueno que el nuevo gobierno, es decir la MUD, también volviera a mirar al campo, que está en una situación de abandono severo, además de la industria (diferente a la petroquímica), que además Venezuela tiene todo el potencial y recursos para todo ello.

      • Vale David, tranquilo, entiendo que no haces apología al gobierno y eso, que me quedó claro. Igual aproveché de exponer estas cosas para anticiparme a los argumentos del chavismo (los demás que lleguen a leer y comentar el blog) y para abordar tu comentario a la vez. Por eso dejé en segundo plano los enlaces.

        Ahora bien: un enlace a la vez, que mi comentario anterior era largo y no todo cabía ahí. Esta vez seré conciso.

        El de la BBC: resumidito, la cagada de Chávez fue el despilfarro. No podríamos estar más de acuerdo. Añádase el endeudamiento, los préstamos solicitados a la banca de los chinos, etc. Ni hablar del gasto social mal planificado, la corrupción desmedida, los presupuestos aprobados por la AN (en ese entonces favorable al oficialismo) en obras inconclusas o mal hechas… Ay, y la lista sigue. Por eso digo que no se hace rico el que tiene bonanza petrolera, sino el que sabe administrar el dinero que llega con ella.

        El de El Espectador: en líneas generales lo que dice puede ser razonable. Pero siempre insistiré en que Maduro tuvo la intención clara de hacer que su gobierno fuera una copia al carbón del de Chávez, aunque no le funcionó y tuvo que modificar el socialismo «real» de Chávez por una versión más chaborra. Eso por cierto fue lo que dividió al chavismo y por eso te encuentras con chavistas de la «vieja escuela» y chavistas «maduristas»; los de la «vieja escuela» dicen que Maduro puso la torta porque no hizo las cosas como Chávez las hubiera hecho.

        Es decir, Maduro recibió un país destartalado por Chávez sin saber cómo reparar el daño económico. Chávez tenía el tacto de ocultar la catástrofe, de maquillar cifras y de hacer que el desastre viniera a cuentagotas. Cuando llega Maduro lo que hace es pisar el acelerador y ahonda más en la crisis, sobre todo porque no hace planes de economía agraria sin poder dejar de sobreestimar la «bonanza petrolera» descuidando el escenario internacional en el que se preveía una debacle; está más obsesionado con poner los precios del petróleo al tope y de «sovietizar» la economía nacional que dar riendas a las inversiones privadas.

        La sugerencia para la MUD está buenísima y estoy al tanto que sus dirigentes ya han sugerido eso. Lo único malo es que no concretan sus partidos realmente qué estrategias específicas se necesitan para revitalizar el campo.

      • Hola David, gracias por comentar y disculpa el retraso, porque estuve trabajando duro con el próximo post de Simón Bolívar.

        Informo que no he leído ese ensayo. En el liceo los profesores lo mencionaban de pasadita en las clases de historia, pero nada más. Toca echarle una ojeada, y si me queda tiempo lo comento en el blog.

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