Ufología: una seudociencia acerca de nada

iwanttobelieve

El universo es enorme; sus dimensiones son tan grandes como la cantidad de variables necesarias para la aparición de la vida en éste. La interrogante sobre la posibilidad de vida extraterrestre no es nueva: Christiaan Huygens discutió este complejo problema en su obra Cosmotheoros, escrita en el año 1698, la cual nació de su firme creencia en la existencia de la vida en otros rincones del cosmos. Por supuesto, en años posteriores el debate seguiría a través de teorías formuladas por científicos como Carl Sagan, cuyos proyectos como el SETI han hecho que la discusión aún esté en vigor. Sin embargo, es en pleno siglo XX cuando muchas ideas acerca de la posibilidad de vida en otros planetas fuera de la Tierra se salieron del plano de la ciencia.

Para empeorar el panorama, la aparición patológica de la conspiranoia, en conjunto con una preparación pobre de diversas personas que se autoproclamaron especialistas en el tema, reforzaron las tesis seudocientíficas. En pocas décadas aparecieron numerosas publicaciones donde se hacían afirmaciones sobre el hallazgo de seres vivos en mundos distantes del nuestro, aunque carecían de evidencias sólidas. El hecho de señalar como ciertos un conjunto de argumentos no demostrados hizo que naciera la ufología (llamada también ovnilogía, aunque usaré el primer nombre): una seudociencia que tiene una cuantiosa suma de partidarios, pero una credibilidad nula. Esto puede explicarse a través de siete puntos básicos que nos dicen por qué la ufología es un fraude al cien por ciento. Sigue leyendo

Venezuela Bananera en Marcha (III)

bananerosahorasomostodosPreludio

Lo prometido es deuda, y las deudas las pago porque las promesas son para cumplirlas. Tras revisar un cerro de artículos sobre lo mucho que apesta cierto tipo de oposición venezolana por la forma en que se comporta, mas no tanto por las congregaciones políticas que la componen, he decidido plasmar estas líneas que describen sus torpezas. Como veremos más adelante, un gobierno execrable como el de Nicolás Maduro y sus secuaces se mantiene en el poder más por causa de adversarios ineptos que por su propia corruptela administrativa. En este desorden hay mucha gente implicada a la que se le debe señalar con el dedo, pero sincerando los hechos para no rozar en las acusaciones chifladas tan populares en el chavismo.

Ante todo, es más fácil generalizar el oficialismo que la oposición porque el primero se ha hecho en un sistema ideológico único que lo colectiviza por política de Estado (mas bien, la política del Estado-PSUV) en la que los chavistas tienen un pensamiento emanado del finado sabaneteño que los identifica y que se resume en un eslogan que vi en un graffiti callejero cuyo mensaje dice “Chávez no murió, se multiplicó” ―claro, en forma de bacterias dogmáticas socialistas resistentes a los antibióticos de la razón―. Lo segundo, en cambio, es plural, porque no hay un eje doctrinal que la haya hecho; no existe, por tanto, una oposición, sino muchas, aunque la corriente más conocida es la Mesa de la Unidad Democrática, la MUD. Sigue leyendo

Los engaños de los seudodocumentales

pseudodocumentalesNo hay nada comparable a los seudodocumentales (i.e., filmes con formato de documental cuyas afirmaciones no están basadas en la realidad). ¿Y por qué? Porque estos superan en todo al peor programa de televisión y la cadena de email más fastidiosa, incluso en mentir y tergiversar. En estos tiempos modernos, el Internet ha sido el espacio ideal para la propagación de filmes virales cuyo contenido es seudocientífico y conspiranoico a niveles extraordinariamente patológicos. Las redes sociales, diversos blogs y webs de video están atestados de usuarios que los comparten y creen sus palabras a pies juntillas.

Todos los seudodocumentales tienen una cosa en común: el nulo uso de la razón, el cual se nota rápidamente por la ausencia de críticas de valor, evidencias contrastables, juicios realistas, propuestas serias para el futuro, buenos argumentos, acusaciones sólidas, propósitos honestos y un sustento científico. Eso sin incluir el camuflaje de objetividad otorgado a todos los hechos que alteran (o inventan) según su conveniencia. Si han observado los tropezones que en ocasiones cometen los medios tradicionales de comunicación, entonces no han visto absolutamente nada porque en Internet hay cosas mil veces peores. Sigue leyendo