Hola a todos. Antes de comenzar a desentrañar (y re-fu-tar) todo este zaperoco magufo ufológico, quiero resumirles de qué va la primera entrega del Planeta encantado de J.J. Benítez, especialmente a quienes nunca han visto este set de filmes. La huella de los dioses nos da un tour “reservado” en un Perú precolombino cuya civilización (¿o deberíamos decir civilizaciones?) deja más preguntas que respuestas con el Candelabro de Paracas, las Piedras grabadas de Ica y las Líneas de Nazca. ¿Les son familiares estos nombres?
Sea su respuesta sí o no, ¡allá voy! Hagan clic aquí para leer toda la transcripción.
(3:46) El candelabro de Paracas. Hace treinta años nadie supo darme razón del por qué de este gran tridente. Hoy la situación es la misma: nadie sabe. Sus medidas son espectaculares:
-Longitud máxima: 183 metros.
-Anchura de los brazos: 3,2 metros.
-Profundidad de los surcos: entre 1 y 1,2 metros.
-Y en la base un rectángulo de 20 x 14 metros. (4:21)
Buen comienzo, las medidas son correctas.
(4:27) A simple vista la gigantesca figura parece elaborada con la técnica del vaciado. Alguien extrajo la arena y procedió a un férreo prensado de las paredes. Misteriosamente los fuertes vientos de la zona no han logrado borrarlo, y al excavar en los surcos surge una nueva sorpresa: a diez o quince centímetros, dependiendo del lugar, aparece una costra blanco-amarillenta de naturaleza cristalina muy común en esta península. (5:01)
La técnica del vaciado es usada frecuentemente en la escultura (¡es prácticamente lo mismo que se hace con la gelatina!), como se puede comprobar aquí y en este video muy educativo:
El prensado se usa, por ejemplo, en la elaboración de objetos de plástico. Miren esto y este otro video muy educativo (¡mosca, que la tecnología indígena habría sido totalmente diferente a la mostrada aquí!):
Si la obra se hace bien, durará mucho tiempo y resistirá las inclemencias de la naturaleza, con un desgaste apenas perceptible. Como habrán visto en los videos, una labor de tal magnitud puede hacerse sin demasiadas complicaciones, pero exigiendo un trabajo de primera calidad con materiales de primera calidad. Que no se haya borrado no necesariamente es un “misterio” ininteligible; ¿debería decirse lo mismo del Stonehenge, una estructura también expuesta a la intemperie?
Me di a la tarea de examinar cuál sería la composición química de esa “costra blanco-amarillenta”. Una prueba de laboratorio me daría toda la información necesaria, pero en vista de que no estoy en Perú, debo ―terriblemente― conjeturar en torno a dos hipótesis:
- Óxido de Zinc (ZnO): el zinc (Zn) es un elemento químico que podemos encontrar en Perú (ver aquí y aquí). Se le conoce también como “blanco chino”, “blanco de zinc” y “flor de zinc”. Sus usos son varios, pero de ellos destaco el de la pigmentación que pudimos contemplar en el video del vaciado (fuente). De color blanco “burdo”, es bastante estable, y no presenta incompatibilidad con el agua ni con el aire, lo cual explicaría la alta durabilidad del Candelabro y su muy probable empleo artístico.
- Dióxido de Silicio (SiO2): compuesto de sílice (Si) y de oxígeno (O), se encuentra, en su forma natural, en zonas áridas. Está entre los ingredientes de la arena, algo común en los desiertos. Incoloro, es bastante duro, lo suficiente como para sobrellevar un ataque de ácido. Se emplea para la fabricación de vidrio, cerámica y cemento que pudo haberse hecho (aunque sea rudimentariamente) para configurar la forma del Candelabro. Para más detalles, pasen por aquí.
Hasta ahora, la única conclusión que puedo decir es que no estamos viendo cosas de otro mundo, por lo cual no hace falta buscarle las cinco patas al gato. Si alguno de los lectores dispone de mayor información (eso sí, de fuentes fiables, algún estudio serio), por favor, hágamela saber y haré las correcciones ipso facto. De antemano, mil gracias.
(5:02) La deducción es inevitable. Hace cientos, quizá miles de años, la imagen del candelabro tuvo que ser distinta. En el pasado esa blanca y pulida sedimentación lo haría brillar como un candelabro de plata. ¿Quién lo diseñó? No hay forma de datarlo. No existen referencias históricas. Nadie sabe. (5:29)
¡Obvio! ¿Acaso alguien con dos dedos de frente va a creer que la imagen actual del Angkor Wat es exactamente la misma que en el Siglo XII? ¡Don Perogrullo, no finja que usted descubre la pólvora! Pero ¡alto! ¿Cómo que “brillaba”? Si esa “sedimentación” correspondiese a un posible pigmento, ¿qué resplandor podría haber tenido? Mmmmm… a menos que fuera fluorescente… curioso que no hayan fotos nocturnas para determinar si de verdad a esa “cosa” se le puede llamar “candelabro”.
Por lo demás, no erra en cuanto a la tétrica escasez de información. La que hay (como esta o esta) tiene una fiabilidad de la cual es mejor dudar.
(5:30) ¿Cuál fue su finalidad? Para algunos se trata de un símbolo religioso. ¿Quizá el ‘árbol de la vida’? Para otros representa una constelación. ¿Quizá la “Cruz del Sur”? Hay quien asegura que estaríamos ante un signo ritual vinculado a sacrificios humanos. Sacrificios que tenían lugar en Isla Blanca y en el archipiélago de las Chincha, muy próximas al tridente. (5:57)
Todas las susodichas finalidades están basadas en puras especulaciones. Unas son más descabelladas ―y atinadas― que otras. Veamos:
- Símbolo religioso: puede ser, pero el “árbol de la vida” es típicamente un símbolo cabalístico judío (aunque también aparece en otras culturas) totalmente ajeno a los indígenas sudamericanos.
- Constelación: quizás, pero se habría referido a algún elemento de la idiosincrasia nativa que vivía allí. La “Cruz del Sur” no es identificada correctamente sino hasta el año 1500 por João Faras.
- Signo ritual: tiene muchísimo sentido, a juzgar porque la iconografía tribal de Paracas está muy enriquecida de temas mortuorios. Si quieren conocer más de esto, pillen este libraco, en Bodiless Human Heads In Paracas Necropolis Textile Iconography, páginas 69-94.
No obstante, si se hizo un símbolo colosal en la arena, lo más lógico es que no se haya representado ni un candelabro, ni un tridente, porque para algo existía un acervo cultural como influencia directa de las manifestaciones artísticas, la cual es capaz de plasmar en las mismas el universo sobrenatural, antropomorfo y zoomorfo.
Por supuesto, los motivos fitomorfos (= con formas de plantas y vegetales) también serían objeto de “iconización”. Echemos una ojeada a la Browningia candelaris, por ejemplo. Esta forma de cactus se asemeja bastante a nuestro “candelabro/tridente”, y la podemos hallar en este hermosísimo álbum, página 76. Vale, puede que no sean dos gotas de agua (tip: el arte precolombino NO ES como el renacentista, seamos sinceros), pero… ¿verdad que esa es una explicación más racional que la de los “aliens ancestrales”?
Ah, no se sorprendan por los sacrificios humanos. El “buen salvaje” es una ilusión.
(5:59) De hecho, el eje principal del candelabro aparece alineado con la primera de estas islas. Unas islas de las que han sido encontradas las momias de jóvenes mujeres decapitadas (6:11)
La alineación es correcta, aunque ¿cuál es su relevancia? Podría decir lo mismo del Kremlin moscovita respecto a la estrella Sirius, y seguiría sin probar nada. Del resto, no he localizado nada sobre las mujeres decapitadas en dichas islas, pero sí al proceso de momificación en Perú, como esta y esta otra.
(6:25) Para la mayoría de los estudiosos del candelabro, estas explicaciones son dudosas. Hay algo, sin embargo, en lo que todos coindicen: por sus dimensiones y la estratégica ubicación sobre el acantilado, con una inclinación de 40º en relación al mar, el gran tridente parece dibujado para ser observado a distancia. En los días claros, la figura puede ser contemplada a veinte kilómetros. ¿Se trata, por tanto, de un especialísimo faro? ¿Estaríamos ante una señal indicadora? Sinceramente, no hay forma de saberlo. (7:06)
Incluyendo las “explicaciones” de Benítez. A ojo desnudo, me parece bien calculado el ángulo de inclinación, aunque no su inferencia facilona del Candelabro: que pueda ser observado a distancia NO significa que haya sido hecho para contemplarse a distancia. ¡Que el tamaño no los engañe! La Gran Muralla China es grandísima (¡21.196 kilómetros!), pero se construyó para defender a un país de sus invasores, no para verse desde el espacio (eso es un mito).
(7:07) El eje central y principal del tridente señala al Sur, exactamente al rumbo 180º. En otras palabras, es falso que el célebre candelabro de Paracas esté orientado hacia los míticos y sagrados lugares de Cuzco, Machu Picchu, Tiahuanaco o Nazca. (7:29)
O sea: el eje central del Candelabro tiene un acimut de 180º, medido desde el Norte, en dirección Sur (fuente). Lo demás también es correcto.
(7:40) ¿Una señal indicadora? Es muy probable; una señal para los navegantes, y sobre todo, para los que surcaban los cielos. ¿Pero quién tenía la capacidad de volar hace cientos o miles de años? (7:56)
Según la información suministrada arriba, no. Es muy improbable que alguien pudiera volar en épocas tan remotas, y más si se carecían de los conocimientos esenciales para hacer despegar hasta el prototipo más primitivo. Antes de los hermanos Wright, muchos lo intentaron y algunos efectivamente volaron… en mil pedazos.
(8:05) La pregunta parece absurda. ¿Quién podía volar en la Antigüedad? Para la ciencia está muy claro: ningún ser humano tenía la capacidad del vuelo hace miles de años. Yo en cambio no estoy tan seguro. Sígame y le mostraré algo desconcertante. (8:22)
A partir de aquí es cuando Benítez pone la torta y la vela.
(9:11) Se han cumplido treinta años desde crucé el umbral de esta puerta por primera vez. Fue entonces cuando conocí otro de los grandes enigmas del Perú. Otro misterio que sigue sin respuesta y que en mi opinión pudiera guardar relación con esa extraña pregunta: ¿quién era capaz de volar en la Antigüedad? (9:33)
En realidad es un no-misterio cuya respuesta tiene un nombre: fraude. Más abajo detallaré el por qué.
(9:35) En esta casa-museo y durante más de tres décadas, el Dr. Javier Cabrera Darquea, fallecido a finales del año 2001, fue reuniendo la más increíble colección de piedras grabadas. (9:47)
Él era un coleccionista lítico y médico de profesión.
(10:22) Once mil piedras de todos los tamaños, con unos altorrelieves asombrosos. Toda una biblioteca lítica desenterrada en el vecino desierto de Ocucaje. Todo un tesoro arqueológico que al parecer le fue suministrado por los indios. Pero el Dr. Cabrera murió sin que la ciencia reconociera su gran labor. (10:47)
No se le reconoció su labor porque dedicó toda su vida a defender una patraña. Esperen, que ya vamos pa’ llá.
(10:57) En las piedras aparecen unos hombres realmente singulares. Son representados con grandes cráneos, y con manos de cuatro dedos, siempre sin pulgares. ¿Quiénes son estos seres? En opinión del Dr. Cabrera, estaríamos ante una humanidad desconocida y remota, que habitó la Tierra hace millones de años. Una humanidad, aseguraba el médico peruano, que alcanzó unos conocimientos y una tecnología extraordinarios. Y por razones desconocidas, desaparecieron. (11:35)
Una historieta muy frecuente en las teorías de “humanidades alternativas”: civilizaciones con un nivel tecnológico envidiable para Spock que sucumben de repente, apenas arrojando algún rastro, al mejor estilo de Atlantis: el imperio perdido.
(11:40) Pero antes de extinguirse, esta supuesta humanidad dejó un legado: miles de piedras grabadas con escenas desconcertantes. Según Cabrera se trataría de una síntesis de su historia, y de su sabiduría. (11:57)
De su barbarie, como veremos enseguida.
(11:58) Veamos algunas de estas increíbles secuencias. ¿Trasplantes de órganos? ¿Un trasplante de corazón en la Antigüedad? ¿Una intervención en el cerebro? ¿Trasfusiones de sangre? ¿Cesáreas hace millones de años? ¿Representaciones de órganos humanos; hígados, corazones, riñones? ¿Cómo es posible? (12:47)
Comentaré las piedras que se muestran de aquí en adelante. Las fotos vienen prevalentemente de aquí y de aquí.
¿De qué sirve legar sabiduría del cuerpo humano si estos se pintan como si fueran croquis de preescolar? ¿Le costaba mucho a esa “humanidad superdesarrollada” hacer algo más minucioso?
¡Qué curioso! Cirugías en condiciones totalmente antihigiénicas. Miren los “médicos”: no tienen siquiera un tapabocas (¿cómo habrían hecho para que sus pacientes no “pescaran” alguna infección mortal?). Las cesáreas, las extracciones de órganos y los trasplantes parecen sacrificios humanos, ritos tribales y exhumaciones de cadáveres. Los utensilios para cortar tejido no parecen escalpelos, sino cuchillos de cocina. La transfusión de sangre, por su parte, es rocambolesca.
Ya sé que más de un credófilo vociferará ñoñadas como “¡no sabes interpretar las piedras, eres muy injusto!” Y la respuesta que les tengo es simple: esto es cuestión de evidencias, no de interpretaciones salidas de equívocos objetos. Lo que sigue estropea la argumentación de Benítez, mucho antes de completarla.
(12:53) ¿Continentes hoy desaparecidos? ¿Animales antediluvianos? ¿Grandes dinosaurios? ¿Hombres conviviendo con dinosaurios? ¿Hombres aniquilando a estos temibles reptiles? ¿Cómo es posible, si estos animales desaparecieron hace 65 millones de años? (13:31)
Es que eso no es posible. El anacronismo es bestial. Voy por partes:
- Continentes desaparecidos: ni la Atlántida, ni Lemuria, ni Mu, porque jamás existieron. Lo más parecido que se ha podido comprobar se llama Mauritia, y se ubicaba entre India y Madagascar, hace unos 60 millones de años (60 M.a.).
- Animales antediluvianos: la Biblia de por sí está repleta de mentiras y dantescas escenas de lo más inmorales de cabo a rabo, incluyendo el “diluvio universal” del Génesis (que me perdonen los lectores cristianos del blog, pero no voy a tapar el sol con un dedo). Criptozoología detected.
- Dinosaurios y hombres: nunca estuvieron en contacto. Los dinosaurios se extinguieron a finales de la Era Mesozoica (250-65 M.a.), en el Cretácico (135-65 M.a.). El auge de los mamíferos inicia en el Paleoceno (65-53 M.a.) de la Era Cenozoica (65 M.a.-hoy). Los primates, como se puede contemplar en estos cladogramas, son antiquísimos, aunque el género Homo aparece tardíamente (2,5 M.a.). Homo habilis (aproximadamente 2,4-1,6 M.a.) es el primer homínido conocido que podía usar herramientas. Creacionismo detected.
He aquí algunas infografías muy educativas:
(13:49) ¿Canguros en América?
En Suramérica, los marsupiales han estado presentes desde el Paleoceno (en sí, Suramérica es la cuna de estos animales), y lo más similar a un canguro que ha tenido pertenece a la familia Argyrolagidae, la cual vivió entre el Mioceno y el Plioceno. Nada más.
(14:33) Muerto el Dr. Cabrera las circunstancias cambian. Y Basilio Uchuya, el hombre que proporcionó más de once mil piedras al médico de Ica, quizá teniendo en cuenta mi fiel amistad hacia Cabrera, me sorprendió en esta oportunidad con una insólita noticia: si lo deseaba, podía acompañarle hasta uno de los yacimientos. No podía creerlo. ¿Penetrar en el desierto y extraer las célebres piedras grabadas? Una operación así podía despejar de una vez por todas el espinoso y polémico asunto de la autenticidad de la biblioteca lítica. (15:18)
He sabido de oídas que Basilio Uchuya es huaquero, pero esto no lo he podido confirmar.
¡Ah! Quiero aclarar que el patrimonio cultural peruano, como el de cualquier otra nación, está sujeto a un aparato legal (como la ley Nº 28296 y el decreto Nº 635) cuyas infracciones cuestan un ojo de la cara o la cárcel.
(15:25) Eran las 08 horas de un caluroso miércoles, 16 de enero del año 2002. Y nervioso, esperé. Cuarenta y cinco minutos más tarde, el corazón me dio un vuelco; uno de los indios, Omar, detuvo la pala y señaló una piedra todavía semienterrada. (16:14)
Guao, que emocionante.
[Benítez desentierra la piedra. Luego habla con Uchuya. 16:15-17:19]
La conversación tiene como protagonista el creacionista e inexistente acontecimiento entre un hombre y un dinosaurio, lo cual hace pensar que esas piedras fueron enterradas por un falsificador de reliquias arqueológicas.
Además, percatémonos de un hecho: ¿no es sumamente sospechoso que Uchuya y sus ayudantes sabían exactamente dónde cavar? Fíjense: no hubo trazas de estudios ni recolección de información previos a la excavación. Simplemente los huaqueros llevaron a Benítez a un yacimiento, llegaron directamente al sitio, bregaron con las palas y desenterraron las piedras de un guamazo.
Señores: los descubrimientos surgen por exhaustivas investigaciones y hasta por accidentes, no por la fuerza de voluntad de alguien.
(16:33) No podía creerlo. Y a este primer hallazgo le siguieron otros. Los indios descubrieron nuevas piedras grabadas a razón de una cada diez minutos. Todas ellas, en apariencia, habían sido sepultadas mucho tiempo antes. (17:34)
“Mucho tiempo antes” es un dato ambiguo que no resuelve el dizque “misterio”.
(19:24) Aquella experiencia sinceramente me dejó perplejo. Y sentí una extraña alegría. En cierto modo esta primicia mundial venía a compensar muchas de las amarguras sufridas por el Dr. Cabrera. Y brindé por él, y por la valentía y coraje que demostró en vida. (19:46)
¡Oh, no puedo contener el llanto!
(19:48) Pero este importante hallazgo sólo era el principio de una nueva investigación. Ahora debía someter estas piedras a toda una batería de minuciosos análisis. ¿Se trataba de grabados antiguos? ¿Estábamos ante una humanidad perdida y remota? Y el enigma de Ica se oscureció mucho más. ¿Quién podía volar en la Antigüedad? (20:14)
Con toda la información previamente suministrada, esto es un completo disparate.
(20:15) En la biblioteca lítica de Ica aparece grabado con nitidez. Hombres prehistóricos volando sobre grandes pájaros. ¿Los domesticaron? ¿Se trata de gigantescos reptiles voladores? ¿Y qué decir de estos pájaros de aspecto mecánico? ¿Qué quisieron representar? (20:37)
Mesopotamia esculpió toros alados androcéfalos. ¿Existieron los toros alados androcéfalos?
(20:42) Ni qué decir tiene que la arqueología oficial no acepta las teorías y conclusiones del Dr. Cabrera Darquea. Para la ciencia la humanidad, nuestra humanidad, es la única. Y ceñidos a esta premisa, los arqueólogos peruanos se niegan incluso a examinar las piedras grabadas. Poco importa que los informes solicitados en su día por el Dr. Cabrera a diferentes laboratorios revelen una misma y antiquísima pátina de la totalidad de las piedras. (21:14)
¡Pues claro que no las acepta! Las incoherencias señaladas arriba son motivo suficiente para encender todas las alarmas en la comunidad científica, y más porque Darquea carecía de un respaldo de fósiles. En suma la “humanidad” implica al Homo sapiens, y es un concepto complejo; quien sostenga que el Homo erectus, el Homo neandertalensis o el Homo rudolfensis son equiparables al humano actual, que lo pruebe. No me consta que los arqueólogos peruanos se hayan negado a escudriñar las piedras, aunque no sería una sorpresa, porque no son tontos; están habituados a no tragarse semejante pila de sandeces.
Además, ¿puede Benítez mencionar con lujo de detalles los análisis esos laboratorios y no arrojar informaciones dichas a medias?
(21:27) Como tampoco importa que algunas de estas piedras grabadas fueran halladas en el fondo de tumbas precolombinas. Este fue el caso del rector de la Universidad de Ingeniería de Lima Santiago Agurto quien en 1961 descubrió cuatro de estas piedras en otras tantas tumbas al Sur de Ica. Tumbas cuya antigüedad fue estimada en 2300 años. (21:53)
¡Epa, nada de mezclar churras con merinas! He estado al tanto de que Agurto descubrió piedras grabadas, pero ninguna de ellas guarda relación con las de Darquea, comenzando por la autenticidad comprobada de las mismas, la diferencia de años, el origen de las excavaciones, el Leitmotiv (Darquea “analizó” los ancestros de Los Picapiedra; Agurto NO) y la metodología empleada (Agurto hizo trabajo de campo; Darquea NO). Esto, lamentablemente, no lo he podido confirmar satisfactoriamente por inconvenientes que expondré más abajo.
(22:13) A mi regreso a España, como dije, varias de las piedras grabadas desenterradas en mi presencia fueron enviadas a cinco laboratorios pertenecientes a cuatro universidades españolas y una canadiense. Aunque los estudios no han concluido, los primeros análisis arrojaron el siguiente resultado: “En algunas de las piedras, las zonas grabadas presentan una oscura pátina, consecuencia muy probablemente de un largo proceso de oxidación natural”. En palabras sencillas, esos grabados no son recientes. (22:52)
¿Cuáles son esas universidades? ¿Y por qué la manía de contar los pollos antes de nacer?
(22:53) Pero otros estudios en otras piedras han puesto de manifiesto que las incisiones presentan una clara factura moderna. Los grabados habrían sido ejecutados con medios mecánicos motorizados. En suma, según estos análisis, y por ahora, algunas de las piedras extraídas del cerro serían recientes, y otras, antiguas. El enigma, por tanto, sigue en pie. (23:23)
¿Cuáles son esos “otros estudios”? ¿Qué tan recientes/antiguas son? Por vaguedades como estas es que el enigma corre como burro sin mecate.
Y hablando de “factura moderna”, tenemos una joyita. En el documental The Case of the Ancient Astronauts (1977), de la BBC, “cazaron” a Basilio Uchuya fabricando las piedras que después depositó en una caja para entregarlas a sus clientes, entre otras menudencias (mins. 42:24-47-16).
¡Bravo! El trabajo artesanal quedó de pinga, tanto así que no parecía una farsa. Pobre Dr. Darquea, cayó por inocente… y el timo de Benítez fue fabricado por un timador.
(24:13) Sea como fuere, lo cierto es que los antiguos peruanos parecían obsesionados con el hecho de volar. Esta es otra prueba, una prueba determinante. (24:22)
No, no lo es. El ornitóptero de Leonardo da Vinci no demuestra que se podía volar en el Renacimiento.
(24:28) Guaco perteneciente a la cultura mochica. Según los expertos, fabricado hace dos mil años. Un hombre con alas; unas alas claras y nítidas, sujetas al pecho con sendas correas. Para los arqueólogos se trataría de una especie de mensajero. Y me pregunto: ¿un mensajero con alas provistas del correspondiente arnés? ¿No es más lógico pensar en la representación de un hombre que podía volar? Más aún, si los antiguos peruanos obviamente no estaban capacitados para practicar el vuelo, ¿no serán estos guacos y pinturas el recuerdo de otros seres que sí podían hacerlo? (25:18)
Si yo fuera ufólogo, diría algo por el estilo sobre la Venus de Willendorf:
La Venus de Willendorf. Fabricada hace unos veintidós mil años, los especialistas suelen concordar en que era una divinidad asociada a la fertilidad. Pregunto: ¿una divinidad cuya cara está cubierta por una especie de casco? ¿No es mucho más racional que esto representaba a un astronauta prehistórico? No obstante, si los humanos que poblaron anteriormente Austria no podían ascender al espacio, ¿no habrán sido estos ídolos la imborrable memoria de otros entes biológicos intergalácticos que sí tenían esa facultad?
Seguidamente escribiría un libro y filmaría un seudodocumental. ¡Credibilidad instantánea!
(25:31) ¿Dioses que sobrevolaron el Perú y que marcaron para siempre la memoria de los primitivos pobladores? (25:37)
Dioses que sobrevolaron la mente de quienes se los inventaron.
Hago una pequeña parada para explicarles concisamente los problemas que embrujan la temática de las Piedras grabadas de Ica. Estos son:
- Problemas bibliográficos: la cantidad de referencias que valen la pena es paupérrima, principalmente textos científicos relacionados (sobre todo revistas especializadas en arqueología o paleontología). Acceder a las fuentes primarias es casi imposible en la red; eso sí, abundan las fuentes secundarias como arroz picado, y casi todas son impresiones subjetivas producto de simplonas “interpretaciones”, no de hechos o de indicios basados en hechos. Consecuencia: la gente escribe y cree lo que le da la gana.
- Problemas empíricos: datar una piedra no es soplar y hacer botella; mucho menos si tiene inscripciones encima. El análisis de la pátina sirve de poco sin muestras de suelo ni registros estratigráficos, entre otros pormenores como deducir su significado (de haber tenido alguno). La metodología científica es de suma importancia para reconocer las piezas arqueológicas auténticas de los camelos; camelos que se pueden mezclar con las piedras genuinas para aparentar erudición. Consecuencia: se entorpecen las investigaciones y los charlatanes hacen su agosto.
Los indígenas peruanos de los tiempos prehispánicos no eran gafos, pero tampoco eran eminencias. Seguramente llegaron a desarrollar tecnologías y sapiencias que los ayudaron a sobrevivir en su entorno, y seguramente los representaron en su arte, pero de allí a atribuirles un sinfín de chifladuras cuasi futuristas, va un mundo.
Antes de continuar, los dejo con los petroglifos de Venezuela; genuinas “piedras grabadas” que nos harán pensar profundamente en los logros culturales humanos como un fruto cosechado por nosotros mismos.
(26:49) El recuerdo de unos dioses. Quizás sea esta la explicación a las célebres y simples fantásticas líneas y pistas que podemos contemplar en la desértica pampa de Nazca. Cientos de líneas kilométricas. Cientos de pistas que asombran y confunden. Cientos de figuras dibujadas en un paño de casi seiscientos kilómetros cuadrados estratégica y misteriosamente concentradas en las pampas y cuencas de Jumana, Santa Cruz, Río Grande, Palpa, Ingenio y Nasca. (27:31)
El contexto geográfico es correcto, aunque la explicación de las Líneas de Nazca es mucho más sencilla de lo que muchos esperaban, como observaremos a continuación. Una excelente introducción al tema la pueden tener aquí.
(27:40) Una formidable obra desarrollada quizá como homenaje, quién sabe si como reclamo, a esas criaturas que hace cientos o miles de años surcaron los cielos del Perú. Los hombres alados, dioses capaces de volar, seres superiores gobernando extrañas luminosas máquinas. Dioses que prometieron volver. Y los hombres, ansiosos, plasmaron sus deseos en la tierra, dibujando grandes figuras. Unas figuras sólo visibles desde el aire. Unas figuras mitad oración, mitad grito. (28:21)
Hay un estudio que asegura lo siguiente: contrario al dictamen popular, los geoglifos pueden observarse desde tierra firme y su visibilidad en las alturas NO siempre es buena. Es decir, los geoglifos NO se elaboraron para observarse desde lejos.
(30:39) Más de doscientas figuras como esta pueden ser contempladas en la actualidad, en el valle de Nasca. Probablemente una de las zonas más secas de la Tierra. Aquí no llueve nunca, o casi nunca. La corriente de Humboldt, en las costas del Pacífico, tres grados por debajo de la temperatura del aire, es la responsable de esta extrema aridez. El índice de precipitaciones es realmente angustioso; apenas un centímetro cúbico al año. Y esas pocas gotas de agua se reparten en los treinta minutos cada dos años. (31:20)
(31:35) Esta circunstancia ha permitido en definitiva que las líneas, pistas y figuras de Nazca se conserven casi intactas a lo largo de los siglos. Y a la ausencia de lluvias hay que añadir también otro interesante y peculiar factor que ha preservado casi milagrosamente la integridad de este tesoro. Los guijarros de la pampa, sometidos durante el día a fuertes temperaturas, acumulan el calor creando una especie de colchón que aísla la superficie del terreno y sobre el que se deslizan vientos y arenas. (32:12)
Ajá, eso es acertado, aunque el número de figuras totales es superior a mil. Si quieren aprender más, visiten este link, este otro, este otro y miren este mapa:
(32:48) Amparados en estos dos importantes hechos, los creadores de las figuras y pistas sólo tuvieron que proceder al barrido de la pampa para formar los dibujos. Al rallar la rojiza superficie del desierto, rico en hierro, aparece de inmediato una blanca capa de sílice, y el contraste de colores da vida a los formidables geoglifos. Los últimos estudios de datación, en especial los llevados a cabo por Persis Clarkson y Harry Hurton de las universidades de Winnipeg, en Canadá, y Nueva York, respectivamente, fijan la antigüedad de estos geoglifos en unos 500 años antes de Cristo. (33:29)
Los estudios recientes consideran que los geoglifos se pudieron haber construido como se ilustra en esta infografía publicada en National Geographic, marzo del 2010, cuyo artículo titulado Espíritus en la arena (pueden leerlo en inglés o en español) despeja la neblina de la incertidumbre.
Aunque eso no es todo. Al consultar este estudio y este otro nos topamos con un escenario totalmente desmitificado de cualquier “dragón en el garaje” (si se me permite la metáfora de Carl Sagan). Resumo:
- Datación: entre el 400 a.C. y el 600 d.C.
- Culturas involucradas: Paracas y Nasca.
- Finalidad: ceremonias religiosas asociadas al agua y la fertilidad.
- Evidencias de soporte: registro fotogramétrico, edificaciones de piedra, cerámica, “restos de tejidos, productos agrícolas, cangrejos y conchas Spondylus”.
- Observaciones adicionales: importante presencia de humanos en la zona. La iconografía antropomorfa es más abundante que la zoomorfa. Los geoglifos se han modificado, renovado, ampliado, abandonado y complementado con otros. Hay geoglifos inconclusos.
(33:55) A diferencia de lo que sucede con el candelabro de Paracas, estas figuras de la pampa nasqueña sí disponen de un respaldo histórico. Cieza de León que acompañó a Pizarro por el Perú a finales de 1537 fue testigo de excepción de estos signos. Así los califica: “signos, en algunas partes del desierto que circunda Nasca”. Y añade en sus crónicas que dichos signos eran tomados como caminos a seguir por las comunidades indias. En esa misma época, otro español, el soldado Francisco Hernández, acampa durante una semana en Nasca y escribe en su diario: “los indios trazaban grandes líneas en el suelo”. (34:47)
(35:31) Años después, en 1586, el corregidor Luis de Monzón se dirige al virrey Toledo y le relata la siguiente historia: “antes que los españoles dominaran a los incas, en tiempos antiquísimos, un pequeño grupo de otro tipo de gente a la que llamaban los Viracochas, llegó a esta tierra. Y obedeciéndoles, los indios los siguieron e hicieron caminos que hasta ahora se pueden ver, largos como una calle, a cuyos lados construyeron muros bajos”. (36:08)
No me ha sido posible corroborar la veracidad de las citas. Sin embargo, voy a darle el beneficio de la duda porque son registros de la historia colonial escritos a grandes volúmenes de libros y correspondencia. Si alguno de los lectores da con las fuentes originales de las mismas, por favor, páselas.
(36:11) ¿Los Viracochas? ¿Quiénes eran? Cuando consulté a los indios, todos coincidieron: señalaron al cielo y exclamaron “¡dioses, dioses que volaban!” Dioses que llegaron de Tiahuanaco y trajeron el arte y la agricultura. Dioses que enseñaron cómo dibujar las líneas y figuras. (36:35)
Anda, cuéntame una de vaqueros. Las mitologías son así: los dioses lo inventan todo, los humanos nada; los dioses tienen poderes sobrenaturales, los humanos no; los dioses piensan, los humanos no; los dioses dan órdenes, los humanos las obedecen; los humanos hacen proezas, los dioses se llevan el crédito.
(37:18) Pero además de estas célebres figuras, los antiguos pobladores de la pampa crearon otros símbolos no menos misteriosos. Unos dibujos que voy a ofrecerle en primicia. Sígame y juzgue por sí mismo. (37:32)
Guao, que angustia.
(37:54) Al norte de la ciudad de Nasca, a poco más de 25 kilómetros, y entre los resecos arenales de Palpa, Ica y Ocucaje, este planeta encantado nos reserva otra sorpresa: decenas de geoglifos desconocidos. Alrededor de trescientas figuras similares a las de Nasca que nunca fueron filmadas. (38:18)
Fantástico, estoy entrando en éxtasis.
(38:45) “La huella de la serpiente”. Más de diez mil orificios de un metro de profundidad y noventa centímetros de diámetro que trepan por laderas y cerros. Nadie sabe qué significan. (39:00)
(39:21) Lo que algunos llaman “la tarjeta perforada”. Otra enigmática sucesión de puntos en forma de aspa, excavados a lo largo de quince columnas o líneas paralelas. ¿Se trata de un sistema de navegación aérea? Nadie lo sabe. (39:39)
(39:44) “El gigante de cabeza cuadrada.” Otro ser enigmático coronado con plumas o antenas. Una figura antiquísima, probablemente de mayor antigüedad que las de Nazca, que levanta los brazos mostrando unos objetos igualmente desconocidos. (40:01)
(40:03) Y en las laderas de los cerros próximos, nuevos gigantes. Seres que parecen saludar a quienes se acercan por el aire. (40:12)
(40:15) Y en Pozo Santo, y en el Cerro de Cabeza Larga, más señales. Figuras geométricas incomprensibles. Individuos gigantescos con enormes cascos, felinos, aves desconocidas para la ciencia. Todo un misterio. Un irritante misterio. (40:36)
Ya no es un misterio. Evidentia dixit.
(40:44) Y al igual que en el valle del Ingenio, más líneas y pistas. Cientos. Pistas de hasta catorce kilómetros. Pistas de trazado impecable, entre las que surgen elaboradas figuras de aves y flores. Imágenes que lamentablemente, como dije, están siendo destruidas por la mano del hombre. (41:11)
Sí, es cierto. Las carreteras han partido las figuras, de allí que los especialistas van a toda marcha con sus investigaciones.
(41:15) Y en el calcinado arenal de Ica, otro desafío. Esta figura fue descubierta en 1984 por los pilotos de AeroCóndor, en la hacienda San Javier. Desde entonces recibe el nombre de “La Estrella de San Javier”. Mide 64 metros de diámetro y constituye sin duda el más arduo de los jeroglíficos. ¿Qué significa la gran cruz central? ¿Cómo debemos interpretar los doscientos orificios y las decenas de líneas que unen los círculos? ¿Estamos ante un mensaje matemático? (41:50)
No son jeroglíficos, sino geoglifos. Y considerando las pruebas precedentes, la hipótesis del “mensaje matemático” no tiene validez.
(41:55) El repaso a esa otra Nazca, la Nazca olvidada, sería interminable. Y decidimos concluir con una figura que no precisa demasiados comentarios: un colibrí de cincuenta metros de longitud con algo muy especial sobre su cuerpo. Sí, todos los que lo contemplan coinciden: un avión. ¿Un avión dibujado sobre el cuerpo de un colibrí? Alas rectas, morro puntiagudo, y todo un timón de cola. ¿Pero quién volaba hace dos mil años? (42:36)
¡Oh, cuánta sapiencia! Imagino que los geoglifos con los diseños más intrincados simbolizan pistas de carreras; ustedes saben, las curvas hacen el circuito más competitivo para un puñado de alienígenas que viajan años-luz con el fin de enseñar a los indígenas a vivir con la tecnología del Paleolítico.
(42:50) El enigma de Nazca ha cumplido 75 años. En 1927, el antropólogo Toribio Mejía era el primero en enfrentarse a este gigantesco y misterioso tablero. Después sería redescubierto por toda una legión de expertos. Para Kosok, por ejemplo, estas figuras eran la representación de las trayectorias del Sol, de la Luna y de los planetas. En otras palabras, el mayor libro de astronomía del mundo. (43:29)
(43:30) Para Maria Reiche, la matemática alemana que dedicó su vida al estudio de la Pampa, se trataba de un calendario; un formidable calendario en el que las figuras reproducían constelaciones, y las líneas marcaban solsticios y equinoccios. Gerald Hawkins sometió esta teoría de Reiche a las computadoras, y comprobó que la hipótesis del calendario era falsa. (43:57)
(43:59) Para el explorador inglés Tony Morrison, las líneas son caminos, senderos sagrados que unirían templos. ¿Pero dónde están esos supuestos templos? (44:10)
(44:12) Otros, como Jim Woodman, están convencidos de que los antiguos pobladores del Perú llegaron a fabricar y utilizar globos aerostáticos. Así, dicen: “diseñaron las figuras”. (45:25)
(44:27) Dobkin de Ríos y Cárdenas van más allá y apuntan una explicación tan poco convincente como las anteriores. Según estos científicos, las figuras de Nazca no serían otra cosa que el resultado de la ingestión de alucinógenos por parte de los indios. William Isbell, en cambio, afirmaba en 1980 que estos geoglifos fueron la consecuencia de un simple entretenimiento, un procedimiento para mantener ocupada a una gran masa de población. La hipótesis no se sostiene porque entre otras razones, estas figuras fueron trazadas a lo largo de 1500 años, como mínimo. (45:09)
(45:13) Henri Sterling llegó a proponer una explicación que obviamente fue desestimada. Los geoglifos de Nazca, escribió, ‘son en realidad un gigantesco telar’. (45:23)
(45:25) Y recientemente, se ha puesto de moda otra versión que tampoco termina de convencer. Según el hidrólogo Stephen Mabee y el arqueólogo Donald Proulx, estos cientos de imágenes serían simples marcadores de aguas subterráneas. El problema que hace tambalear los informes de estos científicos de la Universidad de Massachusetts es que de las quinientas figuras existentes en los desiertos peruanos, sólo cinco con napas o mantos de aguas subterráneas. Sólo cinco. (46:01)
Estos nombres son indagaciones previas que no pudieron dar en el clavo, hasta que el Proyecto Arqueológico Nasca-Palpa contestó una interrogante aparentemente insoluble.
(46:44) Es evidente que ninguno de estos investigadores y científicos se interesó jamás por la opinión de los indígenas. Yo sí lo he hecho. Y esta es mi conclusión:
“La tradición peruana dice: hace mucho tiempo sobre esta pampa descendieron unos seres que podían volar. Fueron los Viracochas, los dioses llegados del Este, unos hombres buenos que trajeron la paz, la concordia y el progreso. Y fueron esos dioses quienes dibujaron las primeras líneas y figuras. Después, nosotros, los hijos de los Viracochas, seguimos su ejemplo y aprendimos a dibujar en la arena. Ellos lo verán algún día y regresarán”. (47:34)
Mentira. Hay dos investigaciones que abarcan la cultura nativa: María Rostworowski en Origen religioso de los dibujos y rayas de Nasca (1993) y Johan Reinhard en The Nasca lines: a new perspective on their origin and meaning (1996). La apelación al relato aborigen es un argumentum ad antiquitatem. Hermes era el mensajero de los dioses del Olimpo con alas en los pies; ¿surcaron los griegos las alturas o era una alegoría de un humanoide espacial? De ninguna manera.
Vale, recapitulemos. El Candelabro de Paracas es un posible geoglifo fitomorfo. Las Piedras grabadas de Ica son embustes, mientras provengan del Dr. Darquea. Las Líneas de Nazca son geoglifos de propósito religioso. Y ni rastro de los extraterrestres. NI UNO. La única huella que hay es humana. La verdadera “magia” está en el sobresaliente esfuerzo de las etnias del Perú en levantar sus adelantos como sociedad.
Volver al prólogo e índice de artículos
Capítulo 5 – Secreto de uno, de ninguno
Capítulo 6 – Dios es tracalero
Capítulo 7 – Una “cajita feliz”
Capítulo 8 – Palito-Cerito-Palito
Capítulo 11 – Locademia de arqueología
Debe estar conectado para enviar un comentario.